martes, 18 de mayo de 2010

El Plan de Salvación de Dios para el hombre

Dios ha establecido en Su Palabra la única forma por la cual la raza humana (hombre-mujer) puede acceder a la salvación de su alma.

Todos Somos Pecadores
El hombre sobre el peñón nos representa a cada uno
Estamos Separados de Dios (gráfico 1)

La Biblia dice: "No hay ninguna diferencia entre unos y otros; pues todos han pecado y no han llegado a ser aprobados delante de Dios." "Lo único que el pecado da como pago es la muerte" (Romanos 3:22,23; 6:23).

Estas palabras ¿lo incluyen a usted como pecador? ¡Claro que sí!


No Podemos Salvarnos a nosotros mismos(gráfico 2)
La Vida Eterna es un Regalo "No es por medio de algo que uno hace, de modo que nadie puede sentirse orgulloso" (Efesios 2:9, Tito 3:5).

"Lo único que el pecado da como pago es la muerte, pero el regalo que Dios da es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor" (Romanos 6:23).
Nadie puede perdonar pecados, sino solo Dios" (Marcos 2:7).

Según estas palabras, ¿Puede usted salvarse a sí mismo? ¡Desde luego que no!

Hasta aquí hemos visto que Dios declara en Su Palabra que TODOS sin excepción SOMOS pecadores, que no hay justo ni aún uno, y esta situación nos destituye de Su Gloria.

El Regalo que Dios nos da es VIDA ETERNA en unión con Cristo Jesús.


Sigamos...

Cristo Murió por Nosotros y Resucitó

Dios le Ama

"Pero Dios nos demuestra su amor, en que Cristo murió por nosotros aunque éramos todavía pecadores" (Romanos 5:8). (Gráfico 3)

"Pero lo cierto es que Cristo fue resucitado de entre los muertos" (1 Corintios 15:20).
¿Cree usted que CRISTO murió por usted y que vive aún hoy?
La palabra de Dios lo afirman así.

¿Cómo Recibir a Cristo?

"Pero a quienes lo recibieron (a Cristo) y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios" (Juan 1:12, Juan 14:6).

"Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna" (Juan 3:16).

"Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo " (Hechos 16:31).

Cuando Recibimos a Cristo, El nos da Vida Eterna
Jesús dijo: "En verdad les digo: El que pone atención a lo que yo digo, y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ha pasado ya de la muerte a la vida" (Juan 5:24).
¿Recibió Ud., por Fe a Cristo en Oración?
Si así lo hizo, ¿dónde está usted ahora, conforme a la promesa del Señor? (En la vida eterna). ¿En qué basa usted su confianza? (En la promesa de Dios en la Biblia). ¿Le engañaría Dios? ¿Puede Dios mentirle?
Por supuesto que no.

Si Ud. leyó esto, y no está seguro de ser una persona salva.
Le invito a acercarse a Dios haciendo esta sencilla oración.
Padre Santo, todopoderoso, me presento delante de tí en este instante, creo en Jesús y reconozco que El murió en mi lugar, reconozco que soy pecador y que necesito Tu Salvación, dame Padre Santo la Vida Eterna por los méritos de Tu hijo Jesucristo según Tu promesa, la recibo en este instante, y a partir de ahora te pido que el Don de tu Santo Espíritu venga a morar dentro mío para ayudarme a renunciar a todo pecado. Te lo pido en el Nombre de Jesucristo, mi único y suficiente Salvador, Amén.
Si hizo esta oración con FE, Dios escuchó su oración. Créalo y empiece a vivir una Vida victoriosa para la Gloria de Dios.
¿Qué Hacer Ahora que Ud. Cree en
Cristo como su Salvador?
1. Lea la Biblia todos los días.
"No solo de pan vivirá el hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios" (Mateo 4:4).
2. Ore a Dios siempre. "Oren en todo momento. Den gracias a Dios en todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús" (1 Tesalonicenses 5:17,18). Orar es conversar con Dios.
3. Confiese a Dios cada pecado. "Si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios hará lo que es justo: nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad" (1 Juan 1:9).
4. Cuente a otros su experiencia. Jesús dijo: "Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti" (Lucas 8:39).
5. Congréguese con otros creyentes, donde la Biblia sea la única regla de Fe y Autoridad,
"No dejemos de asistir a nuestras reuniones, . . . sino démonos ánimos unos a otros" (Hebreos 10:25).